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En el libro de cuentos Los monstruos también salen de día, de Azul Rivera.
Porque este libro ofrece una visión radicalmente íntima del horror. En lugar de crear mundos ajenos, revela cómo lo monstruoso se instala en lo cotidiano: en el silencio, en lo no dicho, en los afectos deformados o reprimidos. Sus cuentos no necesitan criaturas externas: los monstruos emergen de grietas humanas, de estructuras emocionales rotas, de elecciones que parecen mínimas pero devoran el alma.
Esta propuesta atrae por su profundidad simbólica y emocional. La narrativa abre un espacio fértil para el lenguaje musical, no como acompañamiento, sino como un espejo invisible de lo que los personajes callan o no logran simbolizar.. Esto permite un trabajo interdisciplinario auténtico: la música no ilustra, sino que revela capas que el lenguaje literario apenas roza.
FICHA TÉCNICA DEL PROYECTO
Autora: Azul Rivera
Música original: Aless Diez
Editorial: Schmidt & Hallowey Corporation.
Año: 2025
Formato: narración y música original.
Instrumentación: original para violín solo, existen algunas versiones para guitarra y violín.
Interpretación musical: Azul Rivera (violín), Aless Diez (guitarra multicuerda)
FICHA TÉCNICA DEL LIBRO
Autora: Azul Rivera
Editorial: Schmidt & Hallowey Corporation.
Año: 2025
Formato: libro de 12 cuentos en físico (tapa blanda) y electrónico (EPUB).
Cada cuento viene acompañado de ilustraciones (sketches) que enriquecen la lectura.
Este video performance realizado en torno al cuento "La mancha roja" condensa el tránsito interno de la protagonista, Marcela. La composición original para violín —escrita en un solo trazo, sin interrupciones— no narra lo que ocurre: expone lo que Marcela no puede decir, lo que no hace, lo que decide callar.
El monstruo en este cuento no tiene rostro. Se llama “nada”. Se llama olvido de sí misma.
SINOPSIS
Marcela lleva una vida funcional: trabaja, sale a pasear, lee. Hasta que deja de hacerlo. Cuando su embarazo la obliga a renunciar a su empleo, lo que parece un descanso se convierte en encierro: un espacio doméstico donde el tiempo se diluye y el deseo se borra. La rutina se impone.
Lo monstruoso no irrumpe: ya estaba allí, creciendo en silencio, en la forma de una existencia que dejó de elegirse.
La aparición de una escena de violencia en la calle —la única mancha roja visible— la enfrenta con lo que no puede seguir negando: la sensación de haberse traicionado, de haberse abandonado sin ruido.